Genética y nutrición: un buen matrimonio para el desarrollo de terneras

Los programas apropiados de cría de terneras darán sus frutos a largo plazo, ya que las terneras sanas terminarán siendo vaquillas y vacas productivas.

Sin embargo, si se descuida cualquier aspecto del manejo de la cría, ese animal podría tener retrasos en su vida y no alcanzar todo su potencial.

Este es el motivo por el que una buena nutrición de las terneras y la genética trabajan mano a mano como herramientas esenciales para producir un rebaño lechero sano y productivo.

Los expertos de VikingGenetics viajan por todo el mundo para ayudar a los ganaderos a mejorar la genética de su rebaño y ofrecer asesoramiento sobre la alimentación y manejo adecuado de los terneros.

El crecimiento saludable de las terneras depende en última instancia de cuatro elementos clave, que son:

1. Genética
2. Función endocrina
3. Nutrición
4. Manejo

“En VikingGenetics, tenemos el conocimiento como expertos en genética y hemos desarrollado asociaciones profesionales con otros expertos en los campos de la nutrición y la gestión”, dice John.

“Con estos conocimientos especializados en nuestra armería, podemos abordar cualquier problema que nos planteen los ganaderos y ayudarles a producir ganado más eficiente y saludable”.

Este es el alimento más importante en la vida del animal. Sin embargo, no es tan sencillo como introducir cuatro litros de la primera leche en la ternera.

En primer lugar, para conseguir una transferencia satisfactoria de anticuerpos maternos a las terneras, debe asegurarse de que el calostro sea de buena calidad. Esto significa una concentración de anticuerpo de inmunoglobulina G (IgG) de al menos 50 g/l. Los terneros deben ingerir al menos tres o cuatro litros de este calostro de alta calidad en las seis horas posteriores al parto.

La capacidad del ternero para absorber los nutrientes del calostro empieza a cerrarse al nacer y, después de 24 horas, se ve muy reducida. Es importante darle el 10 % del peso corporal del ternero en el plazo de una hora después del parto. Se deben alimentar otros dos litros seis horas más tarde y, cuando sea posible, se pueden alimentar otros dos litros dentro de las 12 horas después del parto.