La solución para tus problemas de terneros

Glenn y Sheree Taylor trabajan con 320 vacas en una granja de 134 hectáreas en Drummond, Southland, Nueva Zelanda. Southland tiene desafíos ambientales y legislativos, y los Taylor se centran en la creación de buenas prácticas de agricultura sostenible.

Al igual que muchos ganaderos lecheros, una de las principales preocupaciones de los Taylor es el desperdicio y la percepción de los terneros. Por este motivo, Glenn se esfuerza por reducir el número de terneros en su rebaño. Su objetivo es tomar lo que sería un producto de desecho y usarlo para crear un valioso animal de carne que pueda agregar valor a la cadena de suministro de carne de Nueva Zelanda.

Mantener el número de terneros al mínimo no solo aumenta los beneficios, sino que también mejora la percepción de la industria láctea. Al utilizar genética cárnica de valor añadido en su rebaño lechero, Glenn también está ayudando a crear mejores condiciones de mercado para la venta de los terneros, y los ganaderos de carne están cada vez más interesados en los Danish Blues.

Además, Glenn cree que, a medida que las regulaciones agrícolas se vuelvan más rigurosas, la próxima generación de ganaderos tendrá que lograr una mayor producción con menos emisiones. Usar genes de carne en ganado lechero puede ofrecer a los ganaderos una ayuda muy valiosa para lograr esto y otras metas agrícolas respetuosas con el futuro.

“A medida que avanzamos hacia un futuro más eficiente, la ganadería de carne tradicional pasará de ser una vaca y un ternero, a criar ganado lechero cárnico de alta calidad”, afirma Glenn. “Se tratará de kg de carne por hectárea y carne sobre leche es una dirección a la que podemos apuntar aquí en Nueva Zelanda”, concluye.