Claudio Mariani, gerente de ventas y socio del proyecto Genesi, además de distribuidor de VikingGenetics en Italia, ha sido testigo del desarrollo de la genética nórdica en su país.
Claudio Mariani nació y se crio en el norte de Italia, en Monza, una ciudad al noreste de Milán. Monza es también conocida por el «Autodromo Nazionale», una pista de Fórmula Uno, donde el abuelo de Claudio solía llevarle cuando él era un niño.
Mariani vive en Monza con su esposa Christina y su hija de 17 años, Carlota. Explica que el 70% de las vacas lecheras están en el norte de Italia, pero en Monza, la prioridad es la industria, y por lo tanto su pasión por la ganadería no fue una opción.
De joven, Claudio Mariani ya tenía claro que quería trabajar al aire libre. «Quería ver el cambio de estaciones, estar fuera. No me gustaba la idea de despertarme por la mañana e ir de un lugar cerrado a otro», recuerda.
Encontró la mejor solución en una carrera que le garantizaba un trabajo lleno de naturaleza y aire fresco. «Decidí estudiar zootecnia y mi pasión desarrolló en la genética; así que disfruté mucho estudiando la genética y la aplicación estadística a la genética».
Después de acabar la carrera de Zootecnia en la Universidad de Milán, se quedó allí un par de años como investigador y como profesor auxiliar. Después decidió especializarse en genética en la Universidad de Guelph en Ontario, Canadá, y a la vez trabajó con la Canadian Dairy Network, la oficina encargada de la evaluación genética.