Skip to main content

29 abr 2021

Eficiencia alimentaria da un paso importante

El Consejo de Administración de VikingGenetics ha decidido incrementar la inversión en el Sistema de ingesta de alimentos para ganado (CFIT) en el que se puede supervisar la ingesta de alimentos de las vacas con cámaras 3D en granjas comerciales.

«Los ganaderos nórdicos se beneficiarán del sistema de cámaras 3D CFIT ya que necesitarán menos alimento para producir la misma cantidad de leche. Veremos un mayor progreso genético en la eficiencia alimentaria que contribuirá a una vacas más amigables con el medioambiente», sostiene Lars Inge Gunnarson, presidente del consejo de VikingGenetics.

La tecnología CFIT utiliza el aprendizaje profundo y la tecnología más avanzada de las cámaras 3D del mundo para medir la ingesta de alimentos diaria de las vacas a mayor escala como nunca antes se había hecho. La información se recoge para complementar el Índice de Alimentación Ahorrada que se lanzó el año pasado.

La cantidad de datos recopilada para el ensayo que comenzó en 2015 aumentará hasta implicar a 7,000 vacas y a más de 20 granjas comerciales en 2021. Los ensayos incluyen información de rebaños lecheros comerciales que usan la genética de los programas de selección genética de VikingHolstein, VikingJersey y VikingRed.

Una información fiable que impulsa el desarrollo

Søren Borchersen, director del departamento de Investigación y Desarrollo (CRDO) de VikingGenetics, dice: «Tener registros individuales de ingesta de alimentos en las granjas lecheras comerciales puede cambiar la gestión de los rebaños lecheros modernos. Es algo con lo que siempre hemos soñado».

El Índice de Alimentación Ahorrada proporciona una medida genética de la capacidad de cada toro para transmitir «eficiencia metabólica» a su descendencia, así como otros rasgos de eficiencia relacionados con el tamaño de sus hijas. Este índice ya se está usando para la selección de animales en los países de VikingGenetics (Dinamarca, Suecia y Finlandia).

Este Índice lo ha desarrollado la Evaluación Nórdica de Genética Bovina (NAV) en colaboración con socios universitarios y del sector. Se espera que su fiabilidad aumente considerablemente a medida que se añadan grandes cantidades de datos a sus cálculos.

 

 

Beneficios para los ganaderos y el medioambiente

Jan Lassen, director sénior de Investigación de VikingGenetics, explica que estos desarrollos son «muy importantes ya que las evaluaciones previas de las ingestas individuales de alimentos por vacas solo han sido posibles en granjas experimentales, durante breves periodos de tiempo, con un número limitado de animales y con comederos individuales caros».

La validación llevada a cabo durante la investigación ha demostrado que las cámaras proporcionan una evaluación muy precisa de la ingesta de alimentos. Las cámaras también pueden medir con precisión el peso de cada animal, lo cual es otra parte importante de la evaluación.

«Tendremos muchos datos nuevos sobre el comportamiento de las vacas, su alimentación y su salud. El uso de la digitalización en la práctica genera muchas formas nuevas y mejores de gestionar la producción de lácteos». Borchersen continúa:

«Confiamos en la solidez de la tecnología que se ha probado con rigor en situaciones difíciles, entre ellas niños en la Xbox y vacas en distintas granjas», concluye. «Creemos que puede transformar la gestión de las vacas lecheras, así como la selección genética de ganado, reducir el uso de alimento en todo el mundo y lograr una reducción proporcional de las emisiones de los gases de efecto invernadero».

Los efectos del uso del índice generarán beneficios para el medioambiente y ahorros económicos. La alimentación representa un 70% de los costes variables y la diferencia entre los animales más eficientes y menos eficientes ha demostrado ser una tonelada de ingesta de materia seca por cada lactancia de 305 días en animales que producen la misma cantidad de leche.

Eso ofrece una gran posibilidad para ahorrar en alimentación y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que, en términos generales, aumentan según el alimento consumido, si se utiliza a nivel global.